Antes de la última jornada, ninguno de los equipos tiene ya objetivos competitivos en el torneo, por lo que este partido servirá como una prueba para los jugadores menos habituales, aunque el deseo de ganar siempre está presente.
Suecia ya ganó su partido más importante el pasado sábado al vencer a Eslovaquia (2:1), su rival más cercano. Con esta victoria, el equipo de Jon Dahl Tomasson se aseguró el ascenso a la Liga B y se volvió inalcanzable. El resultado se definió al inicio del segundo tiempo, con un dominio claro por parte de los suecos: 16-6 en tiros y 8-2 en disparos a puerta. Sin embargo, dos aspectos negativos fueron la lesión de Victor Lindelöf y la tarjeta amarilla de Isak Hien, que le impedirá jugar este partido. Ambos son centrales importantes en la defensa.
Azerbaiyán no ha logrado ganar ninguno de sus cinco partidos, quedando firmemente en el último lugar del grupo, incluso por detrás de Estonia. En sus enfrentamientos contra los estonios, tuvieron un notable dominio en cuanto a ocasiones, pero solo lograron marcar un gol de penalti (1:3, 0:0). El empate más reciente se produjo el pasado fin de semana en Bakú. Sin embargo, Azerbaiyán aún tiene una pequeña meta: si el equipo de Fernando Santos no gana este partido, descenderá directamente a la Liga D, lo que sería un final desafortunado para el reconocido técnico portugués, quien podría ser despedido tras el encuentro.
Suecia ya no tiene nada en juego, lo que podría reducir su concentración defensiva. Además, la ausencia de sus dos centrales titulares podría ser una vulnerabilidad. Es probable que los locales concedan algún gol, pero también es muy probable que anoten contra Azerbaiyán. Por lo tanto, mi recomendación es apostar a que ambos equipos marcarán, especialmente considerando la buena cuota que tiene.